Por el año 1947 llegó una tricotosa manual al comedor de casa de los abuelos que había comprado el bisabuelo en unos encantes. La montaron y empezaron a fabricar jerséis de lana y poco después calcetines.
Más tarde, en los 50, llegaron los trajes para todo tipo de muñecas. Pasados 60 años aún hay niñas, ahora abuelas, que hablan de su visita semanal al mercado del pueblo para buscar ropita para su muñeca preferida.
Con los mercados y en verano con los turistas, empezamos a fabricar trajes de flamenca para las muñecas y poco a poco para las niñas. Seria por los setenta.